domingo, 27 de marzo de 2011

DE UNA PROTESTA PACIFICA, A UNA BATALLA CAMPAL


El sábado 26 de marzo del presente año, una tropa de antimotines invadió de temor y rabia, la pacifica protesta que organizaban los habitantes de los barrios Abajo y el Morrito de Malambo, ubicados de lado a lado de la carretera Oriental.
Exigían se le arreglara el servicio de energía interrumpido desde las 6 de la tarde del día anterior, teniendo que dormir a pesar del calor y los mosquitos que en zonas como esta, se viven diariamente aumentando la carga por la falta de energía eléctrica, suministrada de forma deficiente según sus habitantes, por la empresa Electricaribe.

Cansados, sudorosos e indignados decidieron interrumpir el tráfico en la carretera que comunica a los municipios del oriente del Atlántico con su capital, Barranquilla.
La protesta era liderada en su mayoría por jóvenes y niños de la localidad. Estos, se tomaron la calzada izquierda como cancha de juegos, ante la imposibilidad de ver televisión, y divertirse con los “muñequitos” que se transmite los sábados por tv nacional.

Desde las 12 del día, los jóvenes, comenzaron a exigir con arengas “Queremos luz, queremos luz” la pronta reanudación de la energía, que habían dejado de disfrutar hacia más de 17 horas, “porque cuando uno no paga inmediatamente le cortan el servicio, pero quien vela por nuestros derechos cuando ellos no cumplen” Comenta, un habitante del barrio, sin embargo sus palabras no encontraron oídos que escucharan, optando por sacar balones de sus casas y jugar, aprovechando el poco tráfico de vehículos.

A pesar, de estar a oscuras no se había respirado tanta alegría por estos lados… era como un pequeño 25 de diciembre, interrumpido de forma abrupta por hombres vestidos de negro y verde, apostados en motos y disparando gases lacrimógenos, a niños, a una protesta sin llantas quemadas, sin vidrios rotos, solo con juego, y risas.

El abuso de la fuerza fue evidente, no se medió una sola palabra, mujeres que recién habían dado a luz tuvieron que llevar a sus pequeños bebes de urgencias al hospital de Malambo, por la inhalación de este gas, habitantes que llegaban de trabajar fueron maltratados, correteados, por estos hombrecitos de negro, que abusaron de su poder, al irrumpir entre civiles desarmados, entre madres, niños y jóvenes, que solo pedían una explicación por haber pasado una “noche en el infierno”, por no tener luz, haciendo uso al derecho a la protesta.

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