“El Estado está formado por individuos y no tiene otro poder que el recibido de múltiples decisiones individuales”
Todo lo que somos, todo lo que vemos, todas las necesidades que decimos tener, pero que naturalmente serian in sospechables, son construcciones humanas. Desde el primitivismo cuando éramos pocos y compartíamos mucho, cuando lo comunitario era lo ideal, y el más fuerte era el que mandaba, el que sabia pescar pescaba, el que sabia tejer tejía… se dio la primera división del trabajo, donde nadie competía y todos trabajan y recibían según sus propias cualidades. Desde entonces han pasado ya cientos y miles de años, donde la población se ha multiplicado y las fortalezas de uno parecen ser de todos, apareciendo la figura de la competitividad, todos en busca de un solo puesto, de un solo lugar, de un reconocimiento, siempre con la idea de pertenecer a algún grupo en donde se pueda ser admirado y sobresalir, ya sea como colectividad (barras bravas, nacis, peronistas, uribistas…) o como líder de este.
Savater, habla de seres sociales en diferentes dimensiones, el que comparte y es aficionado de su grupo, imposibilitando hacer alguna crítica negativa sobre este, y caminando hacia donde su líder lo dirija sin objetar por muy malo que sea el fin; nos planteaba el ejemplo de los nacis; como Hitler juntó, una nación haciéndoles creer que eran únicos e irrepetibles, que los otros eran diferentes e inferiores y que por esa razón había que exterminarlos, menos cavarlos y expulsarlos; la sola idea es absurda, pero el fanatismo que logra despertar este tipo de grupo en los individuos los imposibilitan para actuar de acuerdo a una serie de normas que milenios atras eran simples: todos somos iguales, con diferentes cualidades.
La otra dimensión es un poco más sana y pertenece a las personas que algunos mal llaman “anti- sociales”, Savater, los describe como simples individuos que no pretende hacer pensar al otro como él, que no le interesa si uno es rosado o es azul, a todos los ve iguales a todos respeta, y es el llamado participante de grupo, es decir participar en la colectividad, pero siempre protegiendo su libertad de pensar fuera de los parámetros que se dicta en dicho grupo, de esta manera puede formular críticas y no estar de acuerdo con X o Y actitud, y sobre todo sabrá cuando ya no tiene o puede pertenecer más a dicha sociedad.
La antigüedad nos enseño una manera de convivencia pacífica, la democracia en la “poli”, (Antigua Grecia), pero, la sobre población dividió a la sociedad en estatus que se han ido intensificando, hasta llegar a diferencias tan abismales como las actuales, donde según Savater, ya no vales por lo que eres (el mejor pescador) sino por lo que tienes (cuantos pescados tienes para vender), enfrascándonos en esta irremediable competencia diaria, por ser el mejor.